miércoles, 13 de septiembre de 2017

Carne y arena trasciende lo político, señala González Iñárritu

La instalación se presentará a partir del lunes en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco

La realidad humana es mucho más compleja que la de un puto partido de mierda, dijo en entrevista
Mi impulso creativo era hacer que las personas comprendieran a los migrantes
Jorge Caballero
 
Periódico La Jornada
Miércoles 13 de septiembre de 2017, p. 7
Una de las cosas que tenía claras el cinerrealizador Alejandro González Iñárritu al crear su instalación de realidad virtual Carne y arena, era que se entendiera la condición de los migrantes, “porque si entendemos algo somos capaces de amarlo... Si no lo entendemos, no tenemos posibilidad de hacer nada. En Carne y arena hay algo que trasciende lo político o la vulgaridad ideológica de un partido, porque la realidad de un ser humano es mucho más compleja que la de un puto partido político de mierda. Mi impulso creativo era poner a las personas, que ignoran la realidad de los migrantes, caminando junto a ellos, porque su realidad ha sido incomprendida”.
El director de 21 gramos agregó en la entrevista con La Jornada: “Llevo 15 años viviendo en Estados Unidos; cuando vives en Los Ángeles es difícil escapar del tema de los migrantes. Hay 5 millones, la mayoría ilegales, con historias poderosas, tremendas, que vas conociendo, y te das cuenta de que hay un sentimiento de orfandad. La primera vez que me acerqué al tema fue con mi película Babel, con el personaje de Adriana Barraza; después hice mucha investigación en la frontera y las historias me conmovieron muchísimo. Luego, en Biutiful, me volví a impactar con el tema de la migración en Europa, en una ciudad esplendorosa como Barcelona… Y como dice Alfonso Cuarón, soy inmigrante de primera clase, pero inmigrante al fin, y hace cinco años exploré unas cosas de realidad virtual; quería poner a la gente a caminar, no únicamente a observar a 360 grados, sino a caminar y que sintiera la arena en los pies. Pero en ese entonces no había tecnología para hacerlo, y cuando terminé El renacido platiqué el proyecto con Emmanuel Lubezki y tardamos un año en entender cómo realizarlo.
Las dos ideas que concretaron el proyecto fue que se desarrollara en la noche, porque nos ayudaba a esconder las limitaciones técnicas y a tener un sentimiento de vulnerabilidad; esos elementos resultaron muy poderosos. El origen se remonta hace cinco años, cuando comenzó todo este desastre que estamos viviendo ahorita.
Racismo cercano
Más adelante opina: Siempre ha existido un sentimiento etnonacionalista, de racismo, en Estados Unidos. Si bien en los estados de las costas son progresistas, el centro del país ha sido infectado de una situación tribal y esto ha ido permeando poco a poco hasta elegir a un líder de la supremacía blanca... Al ser inmigrante y vivir en una ciudad de inmigrantes se siente ese pulular racista que existe en gran parte de Estados Unidos; necesariamente percibes ese racismo, lo siento, me es cercano. Un par de veces he tenido experiencias desagradables. Pero el mejor inmigrante del mundo es el mexicano.
En referencia a esta obra, el director de Birdman señala: “Mi objetivo con Carne y arena siempre fue hacer una instalación artística que subordinara a la tecnología para explorar la condición humana. Nunca la pensé como una reacción política; no hubiera invertido esta cantidad de tiempo, de expresar lo que yo siento como ciudadano, mexicano, ser humano y artista. Hubiera sido mejor escribir un artículo o manifestar mi frustración con mis amigos. Esto lo hice como algo más ambicioso; no sé si lo logré o no, ahora coincidió con esta coyuntura política, que la hace parecer una reacción, pero no lo es. Esto habla de lo que dice Ai Weiwei: esto es una crisis mundial humanitaria… Hace un año fui con mi familia a Catania, en Sicilia, a recibir varios barcos de migrantes. Hice muchas entrevistas, y me di cuenta de que son las mismas historias, las razones de huida son las mismas: parecía que estaba hablando con centroamericanos y mexicanos. Para mí, Carne y arena es apelar a que esto no es un problema de mexicanos, sino mundial. De hecho en la instalación, en la parte de en medio, hay un homenaje a los africanos.
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Un par de veces he tenido experiencias desagradables con el racismo que pulula en gran parte de Estados Unidos, señaló el cineasta en entrevistaFoto Guillermo Sologuren
“Ha habido dos instalaciones más de Carne y arena en Milán y Los Ángeles. La recepción ha sido extraordinaria, porque antes de llegar a la interpretación del periodista o del político hay una interpretación de la experiencia personal, al ser individual y no compartida con otros en una sala, se queda dentro de cada uno de quienes ven Carne y arena. Ver las reacciones de cada persona para mí ha sido muy positivo y muy conmovedor: porque los sentidos no mienten; estás caminando con ellos, tus pies están sobre la arena del desierto… Todo te está diciendo que es verdad, es una experiencia vívida, no es una intelectualización del problema, es una experiencia viva.”
Trump degrada la existencia
El director de Amores perros concluyó la charla con La Jornada con una mención a Donald Trump: “Si uno quiere llegar a un punto de contacto con alguien que no tiene contacto con la realidad, que es profundamente ignorante, con un narcisista sociópata, uno no puede ponerse a discutir en el marco racional, porque no hay interlocución, por eso el mundo está perdiendo la cabeza… Qué le diría al presidente estadunidense... Lo fácil es caer en el insulto, la grosería y a partir de ahí perdemos todos; la única manera en que puedo contestar es desde la plataforma de las ideas, de las historias individuales, de la tecnología, del arte y del humanismo. En esos terrenos ganamos; del otro lado todo se reduce y se degrada a la capacidad que tiene esa persona de degradar todo y a todos a su alrededor. Por eso es deprimente leerlo o escuchar lo que dice, porque degrada la existencia”.
Lo que sí haría Alejandro González es meter a Trump y a varios políticos mexicanos a ver Carne y arenaPorque estamos hablando de vidas humanas y parece que cuando se habla del tema se aborda como si estuviéramos hablando de futbol. Esto no es pasional: es una realidad en que cada uno de los migrantes representa un reto para entender la vida y sentarse a planear un marco de solución.
La instalación Carne y arena podrá visitarse a partir del 18 de septiembre en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. Los boletos pueden adquirirse en el sitio web.

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