lunes, 24 de marzo de 2014

Sentencia social del caso Colosio ya está dictada

SOSTIENE LUIS RAÚL GONZÁLEZ PÉREZ
 

 


Sentencia social del caso Colosio ya está dictada
Luis Raúl González Pérez, cuarto y último fiscal para investigar el “caso Colosio”, actualmente director jurídico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
domingo, 23 de marzo de 2014
MÉXICO, DF (Apro).- A pesar de cuatro investigaciones que abarcan más de 100 mil hojas, libros, películas y cuatro tomos de la última indagación, la mayor parte de la sociedad mantiene el escepticismo sobre el autor y las causas del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Luis Raúl González Pérez, cuarto y último fiscal para investigar el caso, es consciente de esta incredulidad, pero señala que ésta es producto de las primeras indagaciones, que fueron contradictorias y mal hechas.
"Cuando hay sentencias sociales o colectivas, ni un millón de pruebas pueden revertir una percepción en determinado sentido", sostiene el ex fiscal, que actualmente es director jurídico de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Tras 14 años de no hacerlo, el abogado acepta hablar sobre la investigación más difícil de su carrera como visitador en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y como subprocurador de la Procuraduría General de la República (PGR).
"A veces le toca a uno la chamba del cuetero, al que todos le chiflan, pero con el paso del tiempo muchos ciudadanos se han convencido de la seriedad con la que trabajé", dice el sucesor de Miguel Montes, Olga Islas y Pablo Chapa Bezanilla como encargado de investigar el caso.
—¿Le hizo la chamba de limpiarle la cara a alguien o se prestó a legitimar una de las hipótesis?
—En lo absoluto. Por eso le digo: en uno o en otro caso, uno va a estar expuesto a opiniones diversas. Pero categóricamente digo: hice mi chamba con responsabilidad, solamente para y en función de cumplir con la Constitución y con la ley, no en función de nadie en particular.
El diputado Manlio Fabio Beltrones, a quien versiones iniciales señalaron de haber torturado a Mario Aburto en las playas de Tijuana, considera que las tres primeras investigaciones fueron, por decir lo menos, "accidentadas" y "deficientes".
En entrevista por separado, el coordinador de la bancada del PRI en San Lázaro dice que las pesquisas previas a la de Raúl González estuvieron llenas de "versiones interesadas, rivalidades internas entre los grupos políticos, calumnias y difamaciones que se tiraban simplemente para lastimar prestigios, que dejaron un sabor de boca de gran insatisfacción".
—¿La investigación no satisfizo los criterios generales de la población y de los sectores políticos?
—Como lo dije, fue tan accidentada la investigación desde el inicio, y luego al paso de varios subprocuradores o fiscales dedicados a esto, que imperaron más las dinámicas de la imaginación o de las medias verdades o mentiras completas alrededor de la tragedia. Si bien esas investigaciones concluyeron de manera sólida, ya venían lastimadas de origen, por lo cual a muchos les dejaron dudas.
—¿Cree que con el paso del tiempo esas dudas se disipen o con la última investigación ya se aclararon todas las dudas?
—Para quienes han tenido la oportunidad de leer las conclusiones del último de los fiscales, que fueron sumamente profesionales y serias, creo que muchas de las dudas se disipan. Pero para quienes no han tenido la oportunidad de hacerlo y solamente han escuchado especies de lo que pasó el 23 de marzo de 1994 en Tijuana, pues prevalecerá la duda por siempre.
LOS CUATRO ABURTOS
En el año 2000 González terminó sus indagaciones sobre el caso Colosio y dejó en reserva el expediente por si fuese necesario reabrirlas. Siguió 22 líneas de investigación y llegó a 10 conclusiones; la parincipal: que Mario Aburto fue el autor del crimen y es el mismo que se encuentra en la cárcel.
El pasado 17 de febrero el diario El Universal publicó las declaraciones de la madre de Mario Aburto en el sentido de que el sujeto que está en el penal del Altiplano, popularmente conocido como La Palma, no es su hijo. Según ella, desde que le presentaron al entonces presunto homicida del malogrado candidato supo que no era su vástago.
María Luisa Martínez, quien radica en Estados Unidos, indicó que el sujeto al que ella y su familia vieron era más robusto que su hijo y tenía el cabello rizado. Dijo que cuando la autoridad le presentó al Aburto que está en el penal, ella lo expuso claramente: "Ese no es mi hijo".
La versión de que el verdadero asesino fue sustituido por el hombre que está preso no es nueva y se basa en una comparación de peso, estatura, fisonomía y forma del cráneo. El primero que habló de la existencia de varios "Aburtos" fue Eduardo Valle, "El Búho", un periodista que fue asesor en la PGR.
Al respecto, Raúl González señala que para aclarar esas dudas fue dos veces a entrevistarse con "El Búho" en Estados Unidos, donde radicaba, le mostró las investigaciones que había y se convenció de que no hubo sustitución.
—¿Habló con la mamá de Mario Aburto?
—No, declaramos con uno de sus hermanos en Estados Unidos. Nos costó mucho trabajo.
—¿Pero con la mamá no hubo posibilidad?
—No había forma, no quería hablar con nosotros. Pero ahí está documentado. Buscamos al hermano porque había muchas versiones de que él le había ayudado (a Mario) a comprar la pistola. Ahí está todo lo que realizamos.
"Un cuerpo de especialistas, criminólogos y psicólogos fuimos a hablar con Mario Aburto a Almoloya. Hicimos lo que humana y materialmente es posible, por eso es exhaustiva la investigación", reitera el abogado, quien defiende su dictamen de que no existió más que un Aburto autor de los dos disparos que mataron a Colosio. Desecha así la especulación de que hubo un segundo tirador.
Uno de los escoltas de Colosio, Othón Cortez, fue acusado por el fiscal Pablo Chapa Bezanilla de ser el segundo tirador y lo metió a la cárcel en 1995. Salió libre 18 meses después, al establecerse que el atentado fue obra de un solo sujeto.
González indica que en la investigación, que realizaron especialistas de distintas instituciones académicas y científicas, hay un video que explica cómo se hicieron los dos disparos con la pistola Taurus 30:
"Ahí están las técnicas de investigación nucleares, de varios institutos como el de astronomía, que establece que efectivamente fue el mismo sujeto, a pesar de que (las heridas) estaban en lados contrarios. Lo que hay que identificar son los diferentes elementos de análisis que mi antecesor quiso confundir (Pablo Chapa Bezanilla), y está documentado, porque parecería que se habían dado al mismo tiempo los disparos. Pues no, nadie puede guardar la misma posición cuando recibe un disparo, como el que Luis Donaldo Colosio recibió en el cráneo y en el momento de su caída mostró su lado izquierdo al sujeto armado".
Señala que también siguió la hipótesis de terceros interesados que podían haber usado a Aburto para cometer el asesinato. Tampoco encontró elementos:
"Hay gente que piensa: cómo es posible que un día un sujeto se levanta y priva de la vida a un candidato a la presidencia. Pero estas cosas pueden pasar. Yo me tracé desde el principio de la investigación (la línea) de terceros involucrados, ya sea en complicidad o en autoría intelectual, e incluso la tesis de si Aburto tenía la personalidad para hacerlo. No hubo cuestionamientos de los dictámenes de ningún fiscal. Todos coincidimos en la personalidad y el trastorno que tenía el sujeto. Yo planteé: ¿Y si alguien se aprovechó de su personalidad? Investigué esto pero no encontré ninguna conexión".
EL CONTEXTO POLÍTICO
Otras de las líneas de investigación que González Pérez dice haber agotado en la investigación del asesinato de Colosio fue la política.
Tuvo que tomar declaraciones a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Camacho Solís, Manlio Fabio Beltrones, Luis Echeverría, entre otros, a fin de encontrar la posibilidad de un crimen de tal naturaleza, pues ese año fue el de la sublevación armada en Chiapas y la pelea en el PRI por la candidatura presidencial.
"Por eso yo decidí meter el entorno político, para determinar si tenía una conexión directa con el crimen y no la encontré. Lo que sí hallé fue una campaña difícil para Luis Donaldo Colosio, adversa desde la perspectiva de que había iniciado un movimiento armado el 1 de enero de 1994, había un comisionado para la paz que se cuestionaba si aspiraba o no a ser el candidato presidencial que no había sido puesto por el PRI, hechos en los que aparecía desdibujada la campaña, y no era para menos por lo que se daba en Chiapas.
"Ese contexto desde luego que era adverso a la campaña, pero de ahí a tener elementos que tuvieran una conectividad con el crimen, no los encontré, y lo digo categóricamente".
—Usted habló con muchos personajes…
—Declaré dos veces a Luis Echeverría, a Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas, a secretarios de Gobernación, ex gobernadores, diputados, senadores, empresarios, a muchos actores políticos, en función de lo que me había propuesto. Ahí están documentados.
"Me dediqué cuatro años en cuerpo y alma a hacer un trabajo serio, con toda la dedicación posible. De haber encontrado un resultado diferente al que encontré cuando llegué, lo hubiera dicho. Pero lo que no puedo hacer es decir cosas que no se desprendan de las investigaciones del expediente, porque sería una irresponsabilidad".
A 20 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio y a 14 de que entregó el resultado de su averiguación, González manifiesta que no descartó ninguna de las 26 líneas de investigación que se planteó, aunque desarrolló sólo 22, entre ellas la posibilidad de que un grupo político que se mandaba mensajes cifrados hubiera perpetrado el asesinato.
Entre 1993 y 1994 aparecieron en el diario La Jornada pequeñas inserciones pagadas a nombre de la "Fundación Cultural Dinastía de la Antigua y Noble Casa Real de México", en la que se incluían referencias nahuas, astrológicas y literarias. Uno de los interrogados por el fiscal declaró que en esos mensajes se podía leer la sentencia de muerte de Colosio.
El abogado acudió a un instituto de investigación de lengua náhuatl y la conclusión fue que no se trataba de mensajes cifrados ni contenían ninguna orden de actuar contra el entonces candidato del PRI.
INVESTIGACIÓN EN RESERVA
El expediente integrado por González incluye referencias al supuesto complot de un grupo político encabezado por Fernando Gutiérrez Barrios contra quien resultara postulado por su partido o por el presidente Salinas de Gortari, ya que el ex secretario de Gobernación quería ser el candidato.
Sobre todas las dudas que persisten en mucha gente, el ex fiscal comenta: "Si bien hoy pueden existir aún inquietudes como las que se comentan, también puedo decir que a 14 años de que dejé la investigación, ésta ha sido analizada en tres ocasiones para ver si dejamos de hacer algo sobre las líneas trazadas y los resultados. Han pasado dos administraciones en la alternancia política; en la primera hubo seguimiento del Congreso. Y les puedo decir que no ha habido ninguna circunstancia adicional a lo que yo investigué.
"Lo digo enfáticamente: dejé la investigación en reserva; es decir, si surge algún dato se reabre. No cerré ni cancelé la posibilidad de que la administración de procuración de justicia pueda retomar el tema si considera que hay elementos que puedan investigarse. Traté de ser exhaustivo, acudí a todo, aplique las mejores técnicas e hice un informe bastante extenso para la sociedad.
"Mi invitación respetuosa es que en ese tránsito de la recuperación del estado de derecho, más allá de las respetables opiniones, transitemos a la documentación existente. No voy a tratar de convencer a nadie de un particular punto de vista. Sí voy a insistir en cómo hice la investigación, lo que documenté, los alcances que tuvo, y tratar de decir que hubo mucha seriedad y mucho profesionalismo en la investigación".
Argumenta que su trabajo no tuvo como propósito ganar credibilidad social, sino mostrarle a la ciudadanía una investigación abierta, cumplir con la ley y la Constitución:
"Pude haber dicho: a mí me dejaron esto muy complejo, no tengo muchas posibilidades y mejor me la llevo tranquila. Pero estaba mi prestigio (de por medio) y había una cosa que me enseñaron en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos: decir la verdad que se desprendiera de los expedientes".
JOSÉ GIL OLMOS

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