domingo, 17 de febrero de 2013

«Parece que se los comió la tierra...»

Familias buscan a 38 petroleros desaparecidos

 

Empresa, sindicato y gobierno se han desentendido

Foto
Los entrevistados, con fotos de sus familiares desaparecidosFoto Sanjuana Martínez
 
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 8
 
La asamblea del comité de huelga de la sección 49 del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) de Cadereyta Jiménez, Nuevo León, para pedir un aumento salarial acababa de terminar y, saliendo del evento, un comando de encapuchados fuertemente armado secuestró a varios petroleros durante una semana: en total, fueron privados de su libertad 38, entre ellos el secretario general de esa sección.
Era mayo de 2007 y desde entonces el silencio de Pemex, del líder del STPRM, Carlos Romero Deschamps, y el resto de autoridades estatales y federales, que nunca se pronunciaron sobre este caso, sorprende e indigna a familiares de las víctimas, que continúan buscándolos.
Basados en las últimas informaciones que hablan de un remplazo de Romero Deschamps al frente de uno de los sindicatos más poderosos del país, luego de tres relecciones, 18 años en el poder, tres veces diputado federal y dos senador; los familiares ven una luz de esperanza con la posible llegada de un nuevo líder sindical, que por fin haga algo por los petroleros desaparecidos.
Mi papá era muy allegado a don Carlos (Romero Deschamps), era su amigo, pero él nunca hizo nada por él, ni por ninguno de los 38 petroleros desaparecidos, dice en entrevista Josué Hilario Vega Estrada, hijo del líder sindical de la sección 49, Hilario Vega Zamarripa, y sobrino del petrolero David Fernando Vega Zamarripa, también desaparecido.
Rosario Ibarra de Piedra, fundadora del Comité Eureka, no tiene dudas: Por estatutos, Hilario Vega Zamarripa era el sucesor natural de Carlos Romero Deschamps como líder nacional del sindicato. No sabemos si eso le molestó. Tal vez a eso obedece su silencio, dice en entrevista con La Jornada.

Casos similares
A los 38 petroleros desaparecidos en Cadereyta Jiménez se unen otros casos, como los 16 secuestros desde 2007; nueve en Tamaulipas, dos en Campeche, Veracruz y Tabasco y uno más en Nuevo León. En 2010 secuestraron a 10 petroleros, uno en 2009 y dos en 2008.
Hace ocho meses, petroleros que buscan la democratización de la sección 34 enviaron una carta a Felipe Calderón, porque las desapariciones ocurrieron durante su mandato y las familias de los petroleros desaparecidos quedaron en la indefensión:
“Los petroleros de planta, y en especial los que estaban comisionados y los que tenían cargos sindicales, fueron sacados de la nómina de tal forma que a partir de enero de 2009 ya no les depositaron su salario. El argumento fue que estaban comisionados por el sindicato y el 31 de diciembre de 2008 concluyó el periodo. Sin hacer ningún tipo de investigación, ¿sin saber que estaban desaparecidos? A los trabajadores transitorios les fue peor: a ellos les dejaron de pagar de inmediato, al no presentarse a laborar se les tomó como renuncia. Incluso se sugirió a los familiares que hicieran el trámite de fallecimiento”.
Y añaden: “¿Por qué los altos funcionarios de Pemex están empecinados en ocultar información y en no reconocer la desaparición de 38 trabajadores de esa industria, entre el 16 y el 21 de mayo de 2007? Cuando sus familias existen y están tratando por todos los medios de dar con ellos y encontrarlos. Como ellos dicen, ‘vivos se los llevaron, vivos los queremos’... Porque en realidad es impresionante que desaparezcan 38 personas y las autoridades se queden calladas, y cuando las familias de los desaparecidos les preguntan, digan que no saben nada. Este hecho no puede ser más lamentable”.
Vega Estrada afirma que los familiares de los 38 petroleros desaparecidos se sienten abandonados tanto por Pemex como por el STPRM: Nos dejaron solos. Se supone que un líder sindical está para proteger a sus agremiados. En este caso, don Carlos (Romero Deschamps) nos abandonó. No hemos visto nada. Ellos están desaparecidos, no muertos, y Pemex sólo se amparó con los permisos.
Los familiares interpusieron denuncias ante la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, la Procuraduría General de la República, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), pero no hubo ningún resultado.
Nadie los está buscando. Tampoco nadie pidió rescate, dice Nelson de Jesús Vega Estrada, hijo del líder petrolero desaparecido, al señalar que en su familia hay 10 trabajadores de Pemex y recordar que en 2007 hubo más de 100 desaparecidos en Cadereyta Jiménez, Nuevo León.

Desapariciones forzadas
Las familias de los 38 petroleros desaparecidos han tenido que soportar el estigma que cae sobre los secuestrados: Hay gente que dice que andaban mal, pero si hubiera andado mal mi padre lo hubieran presentado ante las autoridades, nos hubieran cateado o incautado nuestras propiedades. O nos hubieran matado a nosotros, dice Josué Hilario, al tiempo que pide justicia para todos.
Parece que se los comió la tierra. Nadie habla de ellos, a nadie parece importarle. Nadie le mueve. Están en el limbo. Y no es justo. Es muy duro para todos, sobre todo para nuestros abuelos, porque son dos hijos desaparecidos. Seguimos con la esperanza de que van a aparecer vivos. No sé qué haya detrás de todos estos casos. Debe haber algo.
Las hipótesis sobre la desaparición se centran en agentes del Estado o del mismo sindicato petrolero: Son desapariciones forzadas. La palabra levantones “es la forma vulgar de decir desaparición forzada, un delito tan grave”, dice de manera contundente Rosario Ibarra de Piedra.
Son trabajadores que estaban luchando por sus derechos, pero aquí consideran al petróleo de ellos y no del pueblo de México, y eso es lo más grave. Se trata de desapariciones forzadas. Tenemos que seguir luchando para que esto no se repita y los dejen libres. Sus compañeros tienen en sus manos el derecho de rescatar a los desaparecidos. Ellos deben protestar para que los entreguen y los saquen de donde los tengan, dice.
Desde un principio, Ibarra de Piedra asumió la defensa de los 38 petroleros desaparecidos. Dice que existe la posibilidad que el secuestro lo hayan hecho fuerzas del Estado como el Ejército, la Marina o las policías.
No hemos dejado de pedir que los entreguen, que los regresen. Los campos militares y las bases navales son los lugares idóneos para que el mal gobierno se lleve a la gente. Son inexpugnables.
Y añade: A muchos se los ha llevado el Ejército. La mayoría han estado en campos militares, bases navales, según nos dijeron algunos de los rescatados.
A sus 86 años, sigue activa y comprometida con las causas más justas y está convencida de que las desapariciones de petroleros tienen un común denominador: La amalgama del grupo petrolero tiene influencia y puede hacer cambiar importantes decisiones. El petróleo es una de las riquezas del país y si ellos están bien organizados tienen una fortaleza de defensa de sus derechos y eso puede molestarle al gobierno.

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