jueves, 8 de noviembre de 2012

“Los únicos carteles que conozco... son de toros”: Armando Guadiana

El ganadero niega nexos con el crimen y adelanta que no huirá ni se amparará si las autoridades judiciales lo investigan.
Milenio
  • 08 noviembre 2012
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    Saltillo.- Armando Guadiana Tijerina, empresario minero, ganadero y taurino, ha sido señalado en los últimos días, junto a su hermano José Luis, como uno de los hombres de negocios que puede tener nexos con el crimen organizado en la región carbonífera de Coahuila. En entrevista en un restaurante de Saltillo, niega de entrada que los criminales lo hayan amenazado o intentado extorsionar alguna vez.

    “No, definitivamente no. Ni a mí ni a mis familiares. No he recibido amenazas. No tengo ni guardias de seguridad. Yo manejo mi carro, solo cuando salgo a Monterrey o Monclova tengo chofer. Tampoco gente cercana ni ingenieros que trabajan en las compañías han sido amenazados ni presionados.”

    —¿Tampoco se han acercado para hacer negocios con usted?

    —No, nunca, no los conozco.

    —¿Los empresarios sabían de su presencia en la zona desde hace muchos años y no decían nada?

    —De que estaban lavando dinero no sabía nada. Escuchábamos que había gente que estaba tratando de introducirse a la actividad minera, pero que conozca a alguien realmente, no conozco a nadie. Estuvimos varios empresarios con el subsecretario de Gobernación hace tres o cuatro meses precisamente para que investigaran, sobre todo por la inseguridad que había.

    —¿No tiene usted ningún tipo de relación con algún cártel o algún delincuente? —se le pregunta al hombre de fino sombrero blanco. Él trata de no inmutarse y responde con cierta dosis de sarcasmo.

    —Definitivamente, no. Los únicos carteles que conozco son los carteles que dimos a conocer para las corridas de toros del 1 y 8 de diciembre (sus animales serán toreados en esas fechas). Los únicos carteles que conozco son los carteles que organizamos en Saltillo y de las corridas adonde vamos…

    —Entre los 60 clientes que dice tener, que compran carbón en sus empresas mineras, ¿podría colarse alguien que usted no sepa quién es?

    —No sé… Pero no tenemos clientes que sean personas físicas. Son sociedades anónimas.

    —¿No sabe quiénes están en esas sociedades anónimas?

    —¡Ah, no, eso está medio difícil! Hablar de 60 o 70 sociedades para saber quiénes son… Pero, para empezar, aquí no se acepta dinero en efectivo: tonelada de carbón que se vende, tonelada que se factura y se paga con cheque.

    —¿A usted no le preocupa ni le da miedo que sea mencionado en estos temas del crimen organizado? ¿Está usted tranquilo? ¿Duerme bien?

    —A mí en lo personal, definitivamente, no me quita el sueño. ¿Por qué? Porque cuando no se tiene una relación de ese tipo ¿cómo te lo van a demostrar?…

    —Si lo investigan por presuntos nexos con el crimen organizado, ¿no se va a amparar, no va a huir, va a enfrentar a la justicia?

    El hombre, nacido en Múzquiz y crecido en Nueva Rosita, también en la región carbonífera, se echa para adelante y para atrás en su silla, se acomoda, y luego responde acentuando su entonación norteña…

    —Pues claro, porque no tengo ninguna relación con esa actividad. Definitivamente. Si la tuviera ya andaría escondido por ahí. Yo no tengo nada que ver y no me preocupa en lo más mínimo eso…

    Antes de la entrevista con MILENIO convocó a los medios de comunicación a un desayuno y una conferencia de prensa para anunciar dos carteles taurinos. El salón estaba repleto de reporteros locales. Una vez que Guadiana concluyó con los temas de los toros y toreros, se enfrentó verbalmente con los reporteros coahuilenses.

    Cuando éstos hacían preguntas incómodas, el hombre del bigote les espetaba que los dueños de sus medios estaban vendidos y recibían embutes (pagos) de Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, con quien tiene un pleito y sobre quien afirmó que tiene problemas “demenciales” y que debe hacerse un examen antidopaje.

    Ahí dijo desconocer si su hermano conocía a Heriberto Lazcano, El Lazca, y si los criminales usaban ranchos de su pariente para actividades criminales.

    —No sé por dónde pasarían, pero lo hacen por el rancho de Juan, de Pedro o de cualquiera. ‘Y atraviésateles, dijo aquel’. No sé si hayan pasado o sigan pasando. Pues que sigan pasando, no me voy a meter en ese problema de inseguridad.

    El empresario negaba todo. Miraba su reloj Pasha Cartier, cronógrafo de oro y caucho, con valor de 49 mil dólares, y se marchaba…

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