lunes, 4 de junio de 2012

El índice bursátil ha caído 64,89 puntos, cifra que recuerda a 4 de junio de 1989, día de la matanza

Jose Reinoso Pekín 4 JUN 2012 - 18:18 CET

Un misterioso resultado ha llevado a los censores chinos a vetar las búsquedas relacionadas con la Bolsa de Shanghái en los microblogs (servicios de mensajes cortos en Internet). Los términos ‘mercado bursátil de Shanghái’ y ‘mercado bursátil’, entre otros, han sido bloqueados en Weibo después de que el índice de la Bolsa de la capital económica de China haya caído 64,89 puntos; una extraña coincidencia, ya que este lunes, 4 de junio, es el 23º aniversario de la brutal represión de las manifestaciones a favor de la democracia de la plaza Tiananmen (Pekín) en la primavera de 1989.

Por si fuera poco, el índice ha abierto a 2.346.98 puntos, que parece la fecha de la matanza escrita al revés, precedida del número de años transcurridos desde entonces. “¿Es una casualidad o es un tipo de protesta silenciosa?”, se pregunta la página web Gushequ, que lleva a cabo análisis para inversores privados.


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Sea coincidencia o no –por ejemplo, debido a un ataque informático pirata-, lo ocurrido no va a gustar a más de uno en este país tan supersticioso con los números, como demostró que los Juegos Olímpicos de Pekín comenzaran el 8 de agosto (mes 8) de 2008 a las 8.08 de la tarde. El 8 es considerado el número de la suerte en China.

Pekín prohíbe cualquier mención en los medios de comunicación estatales a las manifestaciones de Tiananmen. Las búsquedas de términos como “64”, “23”, “vela” o “nunca olvidar” estaban bloqueados en Weibo -un servicio similar a Twitter- ya antes del cierre de la Bolsa de Shanghái.

Cientos, quizás miles de personas, murieron en el centro de Pekín cuando el Gobierno envió al Ejército y los tanques para desalojar la plaza de Tiananmen en la noche del 3 al 4 de junio de 1989 y poner fin a seis semanas de manifestaciones en favor de la democracia. Más de dos décadas después, lo sucedido sigue siendo tabú en China. El Gobierno considera las protestas una “rebelión contrarrevolucionaria” y ha rechazado haber cometido algún error con la violenta represión y compensar a las familias de los muertos.

La policía ha arrestado a un número indeterminado de activistas y disidentes y ha puesto a otros bajo vigilancia domiciliaria con objeto de evitar cualquier acto de conmemoración del aniversario. Las fuerzas de seguridad golpearon y detuvieron el domingo a una veintena de personas en la provincia suroriental de Fujian, mientras que cientos de activistas y peticionarios llegados a Pekín de otras partes del país para intentar hacer valer sus causas en estas fechas han sido interceptados y devueltos a sus lugares de origen.

Las autoridades han restringido los movimientos de decenas de disidentes y abogados en la capital y otras ciudades y les han advertido que no hablen con periodistas ni organicen actos de recuerdo, según el grupo de defensa de derechos humanos Chinese Human Rights Defenders.

Estados Unidos urgió este domingo a China a liberar a todos los presos que permanecen encarcelados en relación con las protestas de Tiananmen –se estima que son una docena- y hacer pública la lista de todos los que murieron, fueron detenidos o siguen desaparecidos. Igualmente pidió a Pekín que haga más para respetar los derechos humanos de sus ciudadanos. En respuesta, China ha manifestado este lunes su “fuerte descontento y firme oposición” por lo que considera “injerencia” en sus asuntos internos y “acusaciones sin fundamento”.

El aniversario de la matanza de Tiananmen es siempre una fecha sensible en China, pero este año lo es aún más debido a la celebración del 18º Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) a finales de año. En él se producirá la renovación de los máximos órganos de poder del país, un proceso que se ha visto marcado por fuertes luchas intestinas en el partido.

Las Madres de Tiananmen, un grupo de familiares de víctimas de la represión de Tiananmen, han hecho pública, como cada año, una carta en la que piden al Gobierno que revise su veredicto de las protestas. Ya Weilin, de 73 años, padre de un joven de 22 años que resultó muerto por un disparo en la cabeza durante el asalto de Ejército, se suicidó a finales del mes pasado. Se colgó en un aparcamiento en Pekín. Ya Weilin había trabajado con Las Madres de Tiananmen desde 1990, desafiando la intimidación y la vigilancia policiales. Según la organización, su muerte está directamente ligada a la actuación del Gobierno. Ya Weilin dejó una nota inacabada en la que detallaba la muerte de su hijo y su continuo sufrimiento por lo ocurrido.

En un libro publicado la semana pasada en Hong Kong, Chen Xitong, alcalde de Pekín durante las manifestaciones, ha pedido perdón por la intervención militar violenta y ha dicho que las muertes podían haberse evitado.

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