Proyecto no sólo se basa en bajar salarios, sino eliminar privilegios y gastos onerosos, sostiene.
Andrea Becerril, enviada
Publicado: 12/06/2012 12:34
Mexicali, BC. El candidato presidencial del Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que las descalificaciones y ataques lanzados en su contra desde el gobierno federal se deben a que “está nervioso” porque va repuntando en las preferencias electorales. Sostuvo que tiene cuentas “muy claras” y que el proyecto de austeridad que impulsa no se basa exclusivamente en disminuir los salarios de los altos funcionarios federales, sino de eliminar privilegios y gastos onerosos de toda la administración pública federal.
En conferencia de prensa, en esta ciudad donde encabezará más tarde un mitin, López Obrador aclaró que el plan de austeridad que le permitirá ahorrar 300 mil millones de pesos, no incluye despedir a ningún trabajador ni bajar los salarios de toda la burocracia. Se trata exclusivamente de disminuir los ingresos de los altos mandos, “que además de percibir hasta 600 mil pesos al mes, se dan la gran vida a costa del erario público”.
Contra lo expresado un día antes por el presidente Felipe Calderón y por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quienes sostuvieron que no tiene viabilidad su propuesta, el candidato de la izquierda desglosó cifras. Recalcó que ya no habrá gastos para comida, para hospitales privados, ni para cajas de ahorro de los altos mandos, además de que se va a ordenar también y a meter en austeridad la operación de todo el gobierno, que el año pasado destinó 826 mil millones de pesos.
En ese sentido, recalcó que se van a eliminar las pensiones millonarias que reciben los ex presidentes de la República, no se adquirirán automóviles nuevos y se van a limitar los gatos para festejos, donde también hay grandes dispendios como el caso de los festejos del bicentenario.
López Obrador recalcó que no quiere entrar en polémica pero pidió a Calderón y al titular de Hacienda que se serenen y tranquilicen. Mostró una encuesta realizada por el semanario Zeta en la que él lleva diez puntos de ventaja a Enrique Peña Nieto en Baja California. De acuerdo con esta muestra él tiene 39 por ciento de intención de voto en esta entidad, seguido por 29 de Peña Nieto.
El candidato presidencial se comprometió a resolver uno de los principales problemas de los bajacalifornianos que es el costo elevadísimo de energía eléctrica debido a las temperaturas extremas que padecen.
Un grupo de manifestantes lo recibió a la entrada del hotel donde ofreció la conferencia de prensa con la petición de “bajar la luz”.
Le entregaron un escrito en el que se quejan de que campaña tras campaña los habitantes de Mexicali se han visto defraudados “con la promesas no cumplidas de los candidatos presidenciales, de resolver en forma definitiva el problema de las tarifas eléctricas injustas que hemos padecido hasta el presente”.
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