domingo, 23 de agosto de 2009

Delincuencia flagela urbes de América LatinaEn el último siglo, con el mismo vértigo con el que ciudades de México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Puerto Rico, Uruguay, Perú y Venezuela han crecido, el crimen y la violencia se han incrementado en ellas

El Universal Domingo 23 de agosto de 2009
En el último siglo, con el mismo vértigo con el que ciudades de México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Puerto Rico, Uruguay, Perú y Venezuela han crecido, el crimen y la violencia se han incrementado en ellas.

La delincuencia organizada ha convertido las calles en espacios donde ronda el miedo.

El homicidio, el robo de autos, el atraco a mano armada, la venta de droga o el llamado “secuestro exprés” encabezan las listas de los males que hoy golpean las capitales de la región, de acuerdo con una investigación realizada por un equipo de periodistas del Grupo de Diarios América (GDA).

Según el estudio, los gobiernos parecieran no darse abasto para combatir las estructuras criminales que cada vez lucen más organizadas, mejor armadas y con un accionar más violento, fruto, en muchos casos, del enorme poder corruptor que poseen y de las grietas que en el aparato judicial dejan la impunidad y la falta de justicia.

De esta forma, en Caracas (Venezuela) las bandas criminales han convertido esta capital en una de las urbes más peligrosas del mundo.

En otras ciudades como San Juan de Puerto Rico, el fenómeno del tráfico de drogas es el que tiene al alza el número de homicidios.

El narcomenudeo es en gran medida el causante de la ola de violencia que vive Bogotá, al igual que en México, donde los grupos de narcos y organizaciones criminales al margen de la ley, se han apoderado de otros negocios legales e ilegales como la piratería, la extorsión, la prostitución, las apuestas, los juegos de azar, el tráfico de indocumentados y hasta la protección de barrios.

Así como Brasil padece con las milicias, Bogotá está flagelado con el resurgir del sicariato.

Analistas y expertos intentan hallar una explicación para el azote criminal del que son víctimas las ciudades y de la percepción de inseguridad que agobia a sus habitantes.

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