miércoles, 25 de marzo de 2009

Recompensas, riesgo para ciudadanos

Ofrecerlas demuestra el fracaso ante la delincuencia: legisladores

De la Redacción

La oferta de recompensas por información que permita la aprehensión de capos del narcotráfico sólo pondrá en riesgo a la ciudadanía y constituye un reconocimiento de que el gobierno de Felipe Calderón no ha avanzado en el combate a la delincuencia organizada, a pesar de la propaganda oficial, señalaron diputados de PRD y PRI.

Para el secretario general adjunto del Revolucionario Institucional, Samuel Aguilar Solís, el programa de recompensas anunciado por la Procuraduría General de República (PGR) para la captura de los líderes de los cárteles es una perla que refleja que todo el trabajo de investigación que efectúa el gobierno federal ha fracasado en ese terreno, a grado tal que como en el viejo oeste tiene que recurrir al pago de sumas millonarias.

El también diputado del tricolor lamentó que la administración de Felipe Calderón no entienda que el combate al narcotráfico requiere de un programa estructural y no de respuestas aisladas. Es tal la miopía del gobierno federal que aún no tiene una estrategia integral que permita enfrentar el fenómeno desde diversos ángulos; por el contrario, lo aborda como si se tratara de un problema de personas, lo cual refleja una visión demasiado ingenua. Aunado a ello estimó que ese tipo de programas lo que buscan realmente son golpes espectaculares de carácter mediático.

El Presidente no está dando pie con bola

Calderón no está dando pie con bola, dijo el coordinador perredista en San Lázaro, Javier González Garza, mientras el general en retiro y diputado del PRI Roberto Badillo recordó al gobierno federal que precisamente para lograr la captura de narcos se cuenta con las agencias del Estado, como el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.

Puede ser, admitió, que un narcotraficante se entere quién aportó la información por su captura, debido al sistema de corrupción que impera –dijo– en el sistema de justicia nacional, y aun cuando estén en la cárcel, tienen gente fuera y pueden atentar en su contra, e inclusive de inocentes.

González Garza dijo que la entrega de recompensas constituye una tradición que no es de México, acuérdense que las ofrecía el gobierno de Estados Unidos en contra de (Francisco) Villa y de otros, y revela la dificultad de la administración de Calderón en el combate al narcotráfico, y en especial de que la Procuraduría General de la República no trae resuelto nada.

En ese sentido también se manifestó el Partido Socialdemócrata, pues consideró que este sistema de recompensas denota que el gobierno federal tiene que recurrir a herramientas del salvaje oeste para hacer frente a este problema, en clara muestra de que su sistema de inteligencia no funciona y la guerra contra el crimen organizado va mal.

En cambio, el Partido Verde Ecologista de México no vio con tan malos ojos el sistema de recompensas, aunque acotó que éste no puede ser controlado desde instituciones públicas, porque están invadidas por el crimen organizado y ello evitará que la ciudadanía denuncie.

Por su parte, John Ackerman, catedrático del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, alertó que de ninguna manera estas recompensas millonarias pueden sustituir las acciones de inteligencia policial, ni mucho menos la labor de investigación de las autoridades competentes. Aplicar la estrategia del más buscado puede ser una herramienta útil en un primer momento, pero se debe ser muy cuidadoso ante el riesgo de caer sólo en una estrategia mediática, subrayó.

(Enrique Méndez, Ciro Pérez Silva, Elizabeth Velasco, Mariana Norandi y Laura Poy Solano)

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