lunes, 9 de junio de 2008

Dos semanas de terror

• La violencia desatada en Durango por los sicarios de Los Zetas y sus aliados, los hermanos Beltrán Leyva, mantiene postrados a los duranguenses. Tienen el miedo a flor de piel. En varios municipios, la gente se niega a salir, los empresarios temen ser víctimas de un secuestro y las autoridades no saben cómo detener las ejecuciones que en las últimas dos semanas se han incrementado.



PATRICIA DAVILA


DURANGO, DGO. / JUNIO 7, APRO


En su afán por quedarse con esta plaza controlada hasta hoy por Joaquín "El Chapo" Guzmán, sicarios de Los Zetas y del grupo que comandan los hermanos Beltrán Leyva desataron una ola de terror en este estado en el cual las ejecuciones y cercenamientos de cabezas se han vuelto cotidianas.

En las últimas dos semanas, por ejemplo, hubo cuatro "levantones", 25 ejecutados, 10 de los cuales fueron decapitados y varios narcomensajes, lo que llevó a los duranguenses a autoimponerse el toque de queda. En municipios como Villa Unión, Vicente Guerrero y Nombre de Dios, donde los habitantes acostumbraban deambular en las calles hasta la una o dos de la mañana, ahora prefieren llegar a sus casas antes de las nueve de la noche.

Hay mucho miedo, dicen los lugareños. En poblados de Villa Unión, como Veracruz y La Ochoa, colindantes con el estado de Zacatecas, las mujeres y los niños no salen ni de día; sólo lo hacen los hombres, y eso porque tienen que ir al trabajo.

En la capital del estado, la asistencia a los antros bajó en más del 50%, dicen los restauranteros; los taxistas se quejan también porque, aseguran, "no hay chamba".

Todo empezó hace una semana en la ciudad de Durango, cuando apareció un mensaje en internet: "El ataque es inminente, la ciudad de Durango se teñirá de rojo con la sangre de sus hijos, cientos de cabezas van a rodar. ¡Ahora si nos van a temer!"
El texto se atribuyó a Los Zetas y en éste se advertía a los padres de familia que no dejaran salir a sus hijos los días 5, 6 y 7 de junio. En algunos municipios el mensaje incluso se imprimió y se repartieron miles de copias por las calles; las escuelas incluso suspendieron las clases.

El pasado 18 de mayo, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó sobre el "levantón" de dos elementos de esta corporación: el comandante Jorge Serrano Aceves y el jefe de grupo Jesús Cabada López. El vehículo en que viajaban fue encontrado con varios impactos de bala cerca del poblado Ignacio Allende, municipio de Guadalupe Victoria. Hasta el viernes 6 no se sabía nada de ellos.

Aquel día, por la tarde, familiares de Ricardo López Pescador, dirigente estatal del PRI y presidente de la Gran Comisión en el Congreso del estado, fueron interceptados por varios vehículos, de los cuales descendió un comando armado que empezó a dispararles. Según la procuraduría, el atentado se debió a una confusión.

Al día siguiente, en Poanas, municipio de Villa Unión, dos vehículos que circulaban por la secundaria Niños Héroes causaron pavor entre los estudiantes de ese plantel. Los tripulantes de ambos vehículos comenzaron a disparar desde el interior. En la refriega Murió Raúl Carrera Rivera, mientras que su hermano Antonio resultó herido. Ambos viajaban a bordo de una pick up Ram 1500, con placas 74VPS6 del estado de Texas.

Según testigos, al llegar al entronque Villa Unión-Vicente Guerrero- Cieneguilla, se les emparejaron cuatro camionetas de donde dispararon con cuernos de chivo. Los hermanos Carrera Rivera pertenecen a la red de distribución de droga del cártel de Sinaloa que encabeza El Chapo Guzmán.

Y la violencia continuó. La madrugada del 19 de mayo, sobre la carretera federal número 45, en el punto fronterizo de los municipios de Nombre de Dios y Vicente Guerrero, a la altura del entronque a La Parrilla y El Ancón hubo otro enfrentamiento que se prolongó durante cuatro horas. En esa ocasión fallecieron Luis Enrique Díaz Sandoval, originario de Culiacán, Sinaloa; Alfredo Hernández Vázquez y Manuel Trejo Martínez, oriundos de Torreón, Coahuila; Floriberto López Méndez y José Arturo Mares, avecindados en Durango; Marcelo Flores Renovado y José Noé Ravoden García.

Silvino Zaldívar Olivas resultó herido y fue localizado en una parcela situada a la orilla de la cinta asfáltica de la carretera, dos días después de la balacera. Fue detenido y se abrió la averiguación previa AP/PGR/DGO/DGO/309/08. Al informar sobre esos hechos, el gobernador del estado, Ismael Hernández Deras, aseguró el enfrentamiento fue producto del crimen organizado.

En esa ocasión, más de 100 agentes estatales y federales, así como un contingente de soldados peinaron la zona. Al final decomisaron 12 vehículos, de los cuales cinco eran blindados, aseguraron 11 armas largas AK-47 y R-15, dos pistolas calibre .9 mm, otra más calibre .45 mm, un lanza granadas, cinco granadas .40 mm sin detonar y dos más activadas.

Desde este día, el presidente Municipal de Nombre de Dios, Sergio Martínez González, pidió a la población no salir de sus casas por las noches.


Narcomensajes


La violencia continuó escalando. El 23 de mayo a las 7:45 de la mañana, una llamada telefónica anónima alertó a las corporaciones policiacas sobre la presencia de cuatro hieleras en cuyo interior había cabezas humanas con un mensaje "intimidatorio".

Fotos obtenidas por Proceso muestran el contenido de ese mensaje, atribuido a Los Zetas y a los hermanos Beltrán Leyva:

"Este es un mensaje para el procurador de Justicia, comandantes de la DEI (Dirección Estatal de Investigación), AFI (Agencia Federal de Investigación, PFP (Policía Federal Preventiva) y Policía Municipal, por estar coludidos con mayos y chapos y nachos". En otro renglón, escrito en rojo, sentencia la misiva: "El que se lleva se aguanta". Firmado por Los Zetas.

Tras el hallazgo, el gobernador Hernández Deras declaró que él no volverá a abordar el tema del narcotráfico: "El único vocero es el secretario general de gobierno (Oliverio Reza Cuéllar) --dijo-- para evitar declaraciones encontradas, como la del presidente municipal de Nombre de Dios, quien informó que había 18 muertos."

El mismo 23 de mayo por la noche, en el ejido Contreras, municipio de Durango, a 10 kilómetros del lugar en que se encontraron las primeras cuatro hieleras, se localizaron dos cabezas más. En esa ocasión el mensaje decía: "Para los chapos, los mayos, los Coronel; ya llegamos y aquí nos quedamos."

Al día siguiente, a las 2:55 de la madrugada, las corporaciones policiacas recibieron una llamada en la que se les pedía acudir al puente Dalila donde se encontraba una hielera con una cabeza y un narcomensaje que decía: "Mensaje para Los Zetas, los Beltrán Leyva, los Carrillo: cochinos traidores, aquí los esperamos."

Y a las 7:10 de la mañana, Reza Cuéllar declaró que una persona le informó que al lado del panteón El Sabino, frente a las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR), se encontraba un cuerpo decapitado; en su lugar tenía colocada una cabeza de cerdo sostenida con una varilla.

Posteriormente, en el municipio de Lerdo, fueron encontradas dos cabezas más, así como dos ejecutados.

En Poanas, municipio de Villa Unión, a la cinco de la mañana del miércoles 4, los agentes Gilberto Luna Olivas, Martín Hernández Hernández y la comandante Gisela Ramírez de la O, de la DEI, fueron ejecutados por un comando armado que se trasportaba en tres camionetas Suburban. En la ejecución se utilizaron armas AF 7.62 y 2.23.

Horas después, renunciaron la directora de Seguridad Pública, Juana Robles, así como los 40 elementos de la corporación. El presidente municipal, Gerardo Gutiérrez, atribuyó la renuncia a la ola de violencia que no sólo se ha dejado sentir en Poanas, sino también en los municipios vecinos.

Proceso solicitó una entrevista al secretario general de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, quien la agendó para las 19 horas del miércoles 4. No acudió a la cita.


Tensión


En un recorrido realizado el jueves 5 por Poanas, la reportera observó un convoy de 16 vehículos de la policía estatal, así como una pick up del Ejército con cinco militares a bordo que se desplazaba por la carretera que conduce a Zacatecas, en busca de los autores de la muerte de los tres agentes de la DEI.

El paso del convoy atemorizó a los lugareños de Villita de San Atenógenes y de Narciso Mendoza, localizado rumbo a Zacatecas, donde las mujeres corrían asustadas: "Pensamos que se trataba de otra balacera. Tenemos miedo. Ya no dejamos salir a nuestros hijos", dijo una de las entrevistadas por esta reportera.

Más adelante, en el poblado Veracruz, el director de la escuela local dice que recibió un volante con el mensaje de Los Zetas en el que éstos advertían que "el ataque es inminente (") y que cientos de cabezas van a rodar".

Pegado a Veracruz, se encuentra la última localidad perteneciente a Durango. Se trata de La Ochoa, donde el clima de tensión es similar. Un anciano que camina jalando un caballo por la calle principal del pueblo dice que es mejor encerrar a los hijos y a los nietos. "Desde la casa nomás oigo cuando pasan a toda velocidad las trocas de los maleantes; se escucha bien en todo el pueblo."

Luego, dice, "se pierden por una abrupta terracería que lleva hacia Luis Moya, Zacatecas, donde es fácil perderse en alguna de las tantas cuevas que tiene esta sierra".

Un funcionario estatal consultado por Proceso, asegura que el objetivo de Los Zetas es amedrentar a la sociedad, intimidar a los cuerpos policiacos y mandar los narcomensajes.

Según él, en Durango Los Zetas van ganado la batalla. Y menciona los municipios de Vicente Guerrero, Villa Unión, Nombre de Dios y la capital del estado, donde los hermanos Beltrán Leyva conocen la estructura del cártel de "El Chapo". Asimismo, en los municipios que conforman la Región Lagunera Los Zetas también están consolidados; mientras que "El Chapo" mantiene su dominio en los municipios del Triángulo Dorado y que colindan con los estados de Sinaloa y Nayarit.

En la región, dice el entrevistado, quien pide mantener su nombre en reserva, se maneja la versión de que la desaparición del alcalde de Topia, el priísta Manuel de Jesús Angulo Torres, denunciada oficialmente por su hermana Rosa Idalia el jueves 5, es un mensaje para El Chapo. El munícipe fue visto por última vez la noche del martes 3 por un funcionario de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en el municipio de Santiago Papasquiaro.
Topia, igual que Canelas, Guanaceví, Santiago Papasquiaro, San Dimas, El Salto y Otañez conforman el Triángulo Dorado del narcotráfico, controlado por la gente de Joaquín Loera.

Pese a que Durango cuenta con 120 elementos de la Policía estatal, 800 de la DEI, alrededor de 50 agente de la AFI, la fuente consultada por Proceso considera que no tiene capacidad para responder las agresiones ni en equipo ni en número; menos "en estrategia y en inteligencia".

Por su parte, en sus comunicados Reza Cuéllar insiste en denunciar que la Federación no ha respondido a la solicitud de enviar refuerzos militares al estado.
El clima de terror que vive el estado también está pegando fuerte a los empresarios, quienes temen ser víctimas de un secuestro.

El presidente de la Coparmex. Francisco Quiñones Gallegos, asegura: "Este problema está rebasando no sólo a los gobernadores, sino a todo el país. Pensamos que el presiente Calderón no dimensionó el problema cuando anunció la guerra contra los cárteles y que se lanzó a hacer frente a esta problemática solo" No está teniendo eco entre los gobernadores".

Sobre los correos electrónicos que circulan por internet, el representante patronal sostiene: "Debemos guardar la calma y preocuparnos por la seguridad de nuestras familias, de nuestros hijos y de nuestros seres queridos; debemos tomar medidas de responsabilidad para tratar de llevar una vida de respeto a la vialidad, tratar de llevar una vida tranquila, no andar de ‘antreros’."

El jueves 5 por la noche las principales calles de la ciudad de Durango estaban casi vacías. Alrededor de la medianoche aparecieron cinco lonas: dos en la plaza de armas, dos más colgadas en la avenida 20 de noviembre, en un puente frente al hotel Gobernador y una más frente a palacio de gobierno, con mensajes dirigidos al gobernador Hernández Deras.

Una decía: "Sr. gobernador, 17 agentes de la DEI, 38 desaparecidos y un sinfín de amenazas telefónicas del grupo denominado Los Zetas. ¿No es suficiente para las fuerzas especiales Firma: grupo por el bien de Durango."

Otra: "Sr. Gobernador, los chicos, medianos y pequeños empresarios recibimos extorsiones telefónicas por el grupo de Los Zetas. No es justo. ¡Hombre, gober! ¿qué te falta para actuar? Firma: Jóvenes empresarios".

El viernes 6, desde las siete de la tarde, las calles de la ciudad de Durango vivían un virtual toque de queda.

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